jueves, 19 de mayo de 2011

Castigo y diálogo.

A raíz de el texto del Decreto y de la realización del mapa conceptual, enlazamos con otra parte de la asignatura, los conflictos, para los cuales existen dos maneras de solucionarlo y por tanto, dos maneras distintas de gestionar la convivencia: el modelo integrado y el modelo punitivo. Este tema lo trabajamos mediante la realización de nuestros propios videos, pero para saber de qué trataba cada modelo, primero nos leímos el texto de Juan Carlos Torrego Seijo “El modelo integrado: un marco educativo para la gestión de los conflictos de convivencia desde una perspectiva de centro”. En él se deja claro que existe una preocupación por parte del profesorado y de la comunidad educativa en general respecto a los problemas de disciplina y convivencia. Por tanto se propone mejorar los nuevos métodos que se vienen usando hasta ahora para su regulación. Pero lo más destacable del texto, es cada una de las definiciones que nos proporciona de ambos modelos: el punitivo que actúa aplicando una sanción como medida y el relacional o integrado, que basa su solución en la comunicación entre las partes afectadas.
He de decir que no me había parado a reflexionar sobre esto, aunque si conocía que existían diversas formas de solucionar un conflicto, aunque no esperaba que la sanción fuera un modelo como tal, sino que pensaba que era un recurso utilizado como última opción si un conflicto no se llegaba a resolver. Pero ahora me he dado cuenta, que es cierto que en muchas situaciones, ya no solo ante conflictos escolares, sino en otros ámbitos de la vida, el modelo punitivo está a la orden del día, dejando de lado el dialogo y toda posibilidad de rectificación. Posiblemente sea una manera cómoda y rápida de solución, lo que no quiere decir que sea la más aconsejable, aunque bien es cierto, que en algunas ocasiones no queda más remedio. Uno de los problemas de este modelo es que se caracteriza por una cierta arbitrariedad, lo que puede llevar a que en los conflictos “paguen justos por pecadores”. No existe una asunción de autonomía de responsabilidad. En los conflictos escolares, para resolverlos mediante este modelo, se utiliza la autoridad del maestro quedando totalmente obviado el aprendizaje de una ciudadanía democrática.




Con respecto al trabajo de este texto, como he dicho anteriormente, realizamos nuestros propios videos, en los que teníamos que reflejar distintas situaciones en las que hubiera un conflicto y se solucionara por ambos modelos: Conflicto alumno – profesor, familia – escuela y alumno – alumno; y cada uno de ellos interpretado desde el punto de vista del modelo punitivo y del relacional. Cada grupo hicimos uno distinto, y en cada uno de ellos quedó demostrado claramente lo que se pretendía reflejar; el conflicto, la posición o el papel delas partes del conflicto y la resolución. A mí personalmente, me ayudó muchísimo a entender este tema, ya que fue una forma muy amena de tratarlo y además, al realizarlo nosotras mismas, pudimos comprobar cómo se actúa en cada caso.


¿Correcto?
¡Correcto!





















Esta práctica me ha servido para conocer, o mejor dicho, ver las ventajas y los inconvenientes de cada modelo, para así, en un futuro en el que nos podamos encontrar con conflictos de este tipo, ser conscientes de cuál es la mejor vía para solucionarlo, aunque muchas veces no dependa de nosotras, ya que, podemos acabar trabajando en un centro en el que impere el modelo punitivo, y tengamos que acatarlo y ponerlo en práctica cuando nos surjan dificultades







Un saludo!
Paloma Sanz

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