lunes, 28 de marzo de 2011

La escuela también aprende. ¿Y tú?

¡Welcome! :D

Otro texto más y cada vez con un poco más de dificultad. El texto de Bolivar trata de cómo una institución puede llegar a aprender. La primera vez que me leí el texto, la verdad que no lo entendí muy bien, tenía un vocabulario muy técnico y no me podía imaginar como una escuela podía llegar a aprender.

Cuando me lo volví a leer por segunda vez, intente ir sacando las ideas que fueron las siguientes:
Las instituciones generales están diseñadas, en sus reglas gramaticales básicas de funcionamiento, para que los alumnos aprendan, no para que los que trabajan en ellas aprendan a hacerlo mejor. Esta idea es la que tenía yo al principio de trabajar el texto, como una organización no podía llegar a aprender.
Chris Argyris, subrayó que el aprendizaje organizativo implica la capacidad de aprender de los errores, aportando nuevas soluciones por alteración, en un ciclo doble y no simple, de los marcos mentales en los que hasta ahora ha funcionado su acción.
Una organización que aprende es aquella que tiene una competencia nueva; que le capacita para procesar la información, corregir errores y resolver sus problemas de un modo creativo o transformador, no meramente de modo reproductivo. De esta parte saco, que una organización que aprende debe tener una personalidad, ya que como pone es necesaria una cierta creatividad para resolver los problemas con métodos nuevos y no de la forma tradicional a la que siempre se recurre.
El aprendizaje organizativo no es la suma acumulativa de aprendizajes individuales; tienen que darse densas redes de colaboración entre los miembros pues, en ausencia de experiencias e ideas, no ocurrirá. En esta idea podemos ver la importancia del aprendizaje cooperativo, en el que todos los integrantes del grupo tienen que participar para formar un nuevo conocimiento.
Si no hay proyectos de trabajo conjuntos, no hay base para el aprendizaje organizativo. Hay que ir provocando un cambio en la cultura escolar quitar por ejemplo el individualismo. Pero el proceso requiere tiempo.
Los profesores como aprendices: procesos que emplean para aprender de la organización. Pero bien, sin aprendizaje individual no puede haber aprendizaje colectivo, si no se dan interacciones individuales en comunidades de práctica. Para dicho aprendizaje grupal hace falta siempre un conocimiento o una formación individual para que el trabajo cooperativo nos sea mucho mas sencillo.
El aprendizaje en grupos. Cada miembro del grupo se especializa en una función que pasa al grupo, y en ese sentido, la capacidad total del grupo se distribuye entre los miembros.  Transciende una suma de aprendizajes individuales. El aprendizaje de la organización como conjunto es el mas difícil de explicar.
Las organización no aprenden por aprender, si no con el objetivo de que tengan un impacto positivo en las experiencias educativas de los alumnos. No basta rediseñar la estructura organizativa y relaciones entre profesores y equipos si no contribuye a mejorar los resultados e incrementar el compromiso con el aprendizaje de los alumnos.
Como sistemas abiertos las organización han de ser sensibles al entorno, para aprender como reorganizarse, reducir costos, innovar o crear nuevos productos para ganar; en suma adquirir una habilidad para adaptarse de modo progresivo a un futuro impredecible. Por ello, las escuelas en gran medida, no encajan en este modelo. Las organizaciones que aprenden van a tener que estar preparadas para cualquier cambio, en este caso, una escuela actual tiene que estar preparada para el cambio que está teniendo la sociedad en nuestros días.
Hay una serie de obstáculos que bloquean el aprendizaje de la escuela: rutinización de las prácticas profesionales, descoordinación de los profesionales, burocratización de los cambios, masificación de alumnos…
El modelo de las Organizaciones que Aprenden es una línea sugerente para señalar nuevas vías para el desarrollo de los centros educativos pero debe ser debidamente reconstruida educativamente para que pueda contribuir a marcar un camino para guiar los cambios educativos en este momento de final de milenio y comienzo de la nueva centuria.
La ironía de la realidad escolar es que son instituciones dedicadas al aprendizaje y ellas mismas no suelen aprender, organizaciones aptas para el aprendizaje permanente.
Después de volver a leérmelo el texto me parecía que se contradecía, como que las instituciones no podían aprender, y luego que al principio hablaba de un trabajo cooperativo y pero terminaba hablando de un trabajo individual.
Pero después de llevar unas clases trabajando el texto, y poniéndolo en común con mis compañeras llegue a la conclusión (que espero que sea así) de que todas las instituciones pueden aprender, todos los docentes o trabajadores que estén en ella puede seguir incorporando ideas a sus conocimientos para que estos vayan creciendo y poniéndolos en común con los compañeros. Lo que hará que la institución vaya aprendiendo poco a poco desde un conocimiento más individual a uno colectivo.
Lo que veo como cosa negativa, para que una escuela pueda aprender es la típica rutina que se llevan en todas las instituciones y como todas siguen unos temarios que no se pueden romper. Lo que hace que esa institución no pueda adquirir conocimiento haciendo cosas nuevas, si no que siempre se siga el mismo planing y no se pueda organizar de otra forma y así ir cogiendo una práctica y un conocimiento.
Psdt: La foto no tiene mucho que ver, pero me ha gustado y aquí la subo, para que también veamos como muchas veces los niños no son capaces de reconocer o de darse cuando de lo mucho que saben, y que nos demos cuenta nosotros que son cabecitas que guardan todo lo que ven.

¡Un besazo Cuquis! :)

 Lucía Toledano Taravillo =D


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